miércoles, 13 de mayo de 2009

Pensar sin caretas

Ocultar es la máxima de los pobre mortales, ocultar sentimientos, ocultar las verdades, ocultar por ocultar.
Con el tiempo se hace por honor al arte, no mostrar lo que somos, simplemente mostrar la careta publica, socialmente aceptada. Siempre se habla de romper cadenas, pero que difícil, del dicho al hecho hay mucho trecho, me viene a la mente; por ser yo con mis defectos y aflicciones, con virtudes y bondades, con lo horrible y bella que puedo ser, puedo caer en esto que se llama soledad, hay que adaptarse al mundo y no el mundo a mi, sin embargo que cómodo es pensarlo, cuesta tanto aceptar que todo es gris, que no existe el blanco o el negro, si no todo es matizado de acuerdo a lo socialmente consensuado.
Acepto que la libertad es con responsabilidad, pero porque debo ser responsable de la estupidez de otros, de la mentira de otros, de la cobardía de no aceptar culpas. Miro hacia adelante y no puedo evitar ver que lo gris inunda, que la rutina, que los acuerdos ocultos siempre dominan, insisto eso si, desde el fondo de mi alma, que un rayito blanco ilumina partes de mi porvenir, que llegaré a un punto donde no será necesario usar esa careta, lo espero y lo creo.